Si me preguntárais cuál creo que es el principal problema al que se enfrentan la mayoría de las personas, creo firmemente que mi respuesta sería: LA COMUNICACIÓN. Para ser más exacto hablaría de problemas ante la falta de comunicación o de una comunicación ineficaz. La respuesta, a muchas de nuestras preguntas, además de estar en nosotros mismos, está sin duda, en los otros, en la capacidad que tengamos de expresar de una manera adecuada nuestras demandas, nuestras aportaciones o nuestras opiniones. El dueño de un negocio busca comunicar el valor diferencial de su producto o su empresa; el ponente de una charla conseguir como decía la retórica latina: “enseñar, entretener y mover a la acción; una persona con su pareja hacerse entender y que sea comprensivo con su situación. Comunicación, siempre la comunicación girando en torno a nuestros problemas. En una buena parte de soluciones que nos provocan preocupaciones, tanto en el ámbito profesional como en el personal, mejorarían en buena parte mejorando nuestras habilidades comunicativas.

Pero, ¿cómo mejoro mi forma de comunicarme con los demás? Aquí os damos tres pistas que creemos que os pueden ser útiles:

  1. NO PODEMOS NO COMUNICAR: ¿Cuántas veces nos vemos en una situación en la que hemos querido expresar algo y nuestro interlocutor ha entendido otra cosa bien  diferente? Lo que suele ocurrir es que nuestro lenguaje corporal ha dicho más de nosotros que lo que ha realizado nuestro discurso. Puede que hayamos hecho un mal gesto o simplemente nuestra actitud no verbal ha sido interpretada por el otro como disonante den relación a lo que le hemos dicho. Lo que vemos, lo que sentimos más allá de las palabras, dicen los expertos que supone más del 80% de la información que percibimos al interactuar con otra persona. es por ello de la importancia no sólo del qué decimos, sino del cómo y del dónde.  Esto, que lo podemos ver meridianamente en la comunicación cara a cara pasa igual en lo que comunicamos a través de nuestra página web o con nuestro negocio físico. No podemos no comunicar, incluso cuando no estamos haciendo ninguna promoción ni presentamos ningún producto, podemos estar diciendo mucho a través de nuestra imagen, del cuidado del escaparate o de la actualización de nuestras redes sociales.habilidades comunicativas
  2. EL RESPONSABLE DE LA COMUNICACIÓN ES EL EMISOR: Si recordamos el famosísimo esquema de la comunicación de Jakobson, las dos figuras fundamentales son el emisor y el receptor y, en primera instancia, pensaríamos que ambos son responsables de esta comunicación. Nosotros nos gusta pensar en que el que lanza el mensaje es el máximo responsable en la comunicación, ya que de nada nos sirve pensar que el otro no me ha interpretado bien o que no ha prestado suficiente atención. Siempre es más productivo analizar qué puedo yo mejorar para que esa comunicación sea eficaz.Esto es muy visible en las campañas de marketing. para asegurarme de que efectivamente mi mensaje pueda llegarle bien al cliente que yo quiero, no cabe otra opción que pensar qué estilo utilizo que sea el más eficaz, qué elementos van a hacer que conecte con él, que valores o beneficios puede sacar el cliente de esta operación. Si nosotros lanzamos el mensaje, somos los responsables de que este llegue adecuadamente y debemos esforzarnos en entender al otro para conseguirlo.
  3. ES EL RECEPTOR EL QUE DOTA DE SENTIDO AL MENSAJE. Directamente relacionado con el anterior punto, creemos que solamente sabemos lo que decimos cuando el receptor responde a lo que decimos. Me explico, no es tan importante lo que decimos como aquello que entiende quien nos escucha. Nuestro mensaje cobra sentido cuando el de enfrente hace ver que ha entendido mi mensaje y me responde ante ello. Es aquí, cuando entra en juego el tan manido concepto del feedback. Nuestro interlocutor ha recibido un mensaje y me responde. La buena o mala continuación de la comunicación dependerá, en gran medida, de la capacidad que yo tengo de adaptarme a ese respuesta, de saber empatizar con él y de leer emocionalmente lo que me está contando. Para ello nada mejor que estar atentos y no estar tan preocupados por lo decir mucho, sino por ver cómo nos responden, para así poder actuar en consecuencia.