liderazgo inteligencia emocional

Si acudimos al Diccionario de la Real Academia, en su primera acepción nos define como líder: “Persona a la que un grupo sigue, reconociéndola como jefe u orientadora.” vemos que en el enunciado tenemos varios elementos que van mucho más allá de la idea simplista de que el líder es el jefe. Un líder es alguien que los demás reconocen como tal, es decir, un jefe es impuesto, un líder es elegido por aquellos a los que lidera. En la gestión de grupos y de equipos de trabajo, tener un líder que sea eficaz en su labor cada vez es mejor valorado y más ansiado por parte de los departamentos de selección de personal. En este sentido, es importante hacer hincapié en que el liderazgo tiene sobre todo que ver con la inteligencia emocional y no tanto con el currículo  o la experiencia. En los modelos de competencia que trabajan las empresas para evaluar el liderazgo de sus cuadros de mando, entre el 80% y el 100% de las capacidades deseadas están relacionadas con la Inteligencia Emocional (IE) y no con el coeficiente intelectual o con las habilidades técnicas.

Aunque ahondaremos en próximos post de este blog, es interesante recordar los cuatro principios básicos sobre los que se asienta la IE:

  • Autoconciencia
  • Autogestión
  • Conciencia social
  • Capacidad de gestión de las relaciones.

No nos es indiferente a cualquiera de nosotros, que cuando hemos trabajado con una persona que nos motivaba, que nos entendía y que sabía guiarnos para dar lo mejor de nosotros hemos conseguido mejores resultados. El verdadero líder es el que entiende que su labor esencial es ayudar a su equipo a alcanzar la zona cerebral donde puede dar lo mejor de sí y además, permanecer en ella. Y esto, pese a pensamientos de la vieja escuela, no está reñido con la productividad del equipo en ningún caso. Está demostrado que la desmotivación y el exceso de carga de trabajo incapacitan las zonas prefrontales del cerebro donde se ubican tres capacidades básicas en el desarrollo profesional: la comprensión, la concentración y el aprendizaje. Lo decía un economista que no recuerdo “el estrés atonta a la gente” y hasta el poeta italiano Césare Pavese en su libro Laborare stanca (Trabajar cansa). LiderVsJefePor ello, el mejor líder será aquel que consiga gestionar mejor el estrés de su equipo y consiga que vean como propios los éxitos del colectivo. En este sentido, la gestión de la comunicación con el equipo y la expresión de críticas hacia el equipo(tan aplazada y temida por los líderes en ocasiones) resulta también fundamental. La motivación del equipo dependerá en multitud de ocasiones de la expresión y recepción de las críticas y es aquí donde entra en juego la asertividad del líder. El líder asertivo, que comunica lo que tiene que comunicar para conseguir el objetivo de que su equipo mejore, pero que lo hace de tal manera que cuida que la persona no se sienta agredida, es a día de hoy una de las cualidades que más se buscan entre los gestores de equipo.

Por último, la otra función fundamental de un líder es hacer entender al equipo que colaboren para alcanzar un objetivo común, ya que al final lo que determina la productividad real de un colectivo (y por tanto el éxito del mismo) no es su potencial teórico individual, entendiendo esto como la suma de sus coeficientes intelectuales, sino sobre todo la forma de coordinar sus esfuerzos, o lo que Goleman llama la Armonía Interpersonal.

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